
Una preciosa historia de Winkler y Raimondo que me contó mi padre ayer
Ayer estuve hablando un rato largo con mi padre, que tiene ya 94 años, y como todos tenemos metidos los caballos en vena, acabamos hablando de caballos. Me contó una historia bonita que voy a compartir con todos ustedes; por lo menos a mí me lo parece…
“En la primera vuelta de los Juegos Olímpicos de Estocolmo 56, nadie pudo hacer un recorrido sin faltas. Quiero recordar que Winkler y Halla hicieron 4 puntos, y que Raimondo con Merano hicieron 8 puntos; a partir de ahí, todos los demás.
En la primera manga había caído el diluvio universal, y la pista estaba infame. Los caballos no saltaron bien, en general.
Para la segunda manga salió el sol, y los responsables de la pista la mejoraron una barbaridad. Quiero recordar que comenzó la segunda manga, que era idéntico recorrido, como dos horas más tarde de los esperado, para ver si eran capaces de mejorar el suelo.
Yo fue el primer recorrido sin faltas de la prueba, bueno en realidad no, porque penalicé algo por excederme del tiempo concedido. Creo que tres cuartos de punto.
Raimondo y Merano hicieron un excepcional recorrido sin penalidades, y a la salida de la pista me dijo __ Jamás pensé que algún caballo pudiera hacer esta pista sin faltas, Carlos. Hoy los latinos vamos ser los únicos___.
Winkler en la segunda manga salió infiltrado, ya que en la primera manga se había roto un músculo, y no tenía claro que pudiese participar. Su ojo le encontraba la distancia, y la yegua le ponía la calidad, pero su cuerpo no era capaz de acompasarse en el salto, y en muchos de los obstáculos tuvo que soltar las riendas y quedarse atrás como un jinete de completo.
Parecía imposible lo que estaban haciendo, y al final lo hicieron, un recorrido sin faltas que les valió la medalla de oro.
Raimondo y Piero estaban a nuestro lado, con los españoles, viendo el recorrido de Winkler, y cuando pasaron la última calle de verticales y el estadio estalló en aplausos, Raimondo nos dijo___ Impresionante, simplemente impresionante__.
Cuando Winkler se bajó de Halla ayudado entre varios, Raimondo fue a darle la enhorabuena e hizo el gesto como de ponerse de rodillas para aplaudirle. Siempre fue un gesto que le honró”.
Espero que les haya gustado.
Carolo López-Quesada