En 67.000 euros se vendió ayer en FENCES un producto de tres años que me fascinó: Guevara du Chateau.
Este caballo es un hijo de Diamant de Semilly, con una línea materna de enamorar.
Saltó de verdadero escándalo, no en versión “aquí esta mis facultados y mi brutalidad”, y sí en modo “soy un caballo moderno, elástico, inteligente y que sé dónde están las barras”.
Qué maravilla de proyecto de futuro. Puede que nunca llegue a saltar lo verdaderamente grande y ancho, pero transmitió una sensación de calidad fuera de lo común.
Hace ya bastantes años, su pariente, Itot du Chateau, ya fue subastado en FENCES.
Carolo López-Quesada