Albert Voorn, el “Holandés Errante”, como alguna vez le he “bautizado” __con todo el respeto del mundo __ ha sido un jinete único y atípico en nuestro deporte. Una equitación tan natural como firme, ha hecho que este “Rafael de Paula” de la equitación, haya ofrecido momentos estéticamente sublimes, magnéticamente armonizados por el temple en su sentimiento.
Sus últimos grandes recorridos con Tobalio fueron una oda al momento y al lugar, al ya y al ahora, al esto se hace así…
Un derribo en el barrage por la medalla de oro en el último vertical del desempate, le dejó en el cajón olímpico individual de plata, pero la espiritualidad y el sello que dejó en esa pista de Sidney, hizo que el nombre de Albert Voorn, pasase a ser para mi Albert “De Paula” Voorn.
La pista de Sidney __ oscura de arena __ debió de teñirse de albero para que el espectáculo fuese completo. Albero para el artista.
Carolo López-Quesada
Dios le dio un don que le hace superior,incluso hoy,sobre el que construye todo un sistema de equitacion moderna.Su seguridad en si mismo en el salto, es como una gota china para el caballo,previsible,regular,sin emocion. Su arte es como hace todos los saltos iguales.Su metodo empieza a pie:estudia,somete y acomoda como un genio de la lidia taurina. Montado y en liso,corto,pierna fija,mano alta,impulsion invisible y control liberando el dorso…cadencia,incurvacion,suave y firme a la vez,termina galopando con las riendas en una mano y el caballo entregado.Para mi ha sido una revelacion.
Cierto!!!
100% de acuerdo
Abr
Jorge
Genial