Si dices que lo bueno es caro, te digo que lo malo puede ser doblemente caro.
Que conste que creo en el dinero como un medio y no como un fin, pero ¿qué os resulta más caro pagar 500€ de inscripción en un CSI o 200€ en un concurso nacional?
Voy a un internacional y veo que hay mucho trabajo detrás. Recorridos distintos e interesantes. Juegos de obstáculos variados. Buenas pistas y civismo en las pistas de ensayo. Una buena organización con margen para disputar las pruebas incluso en caso de imprevisto.
Voy a un nacional (me vale de ejemplo el de este fin de semana en el RACE, Madrid) y me encuentro recorridos repetidos desde la prueba pequeña hasta la grande. Mismos saltos. ¿Rastrillo en la pista de ensayo? ¿Para qué? Y lejos del civismo, las pistas de ensayo de pruebas de menos nivel son realmente peligrosas para todo aquel que la pise.
Y claro, empiezan a las 8am porque si no, no tienen horas de luz para dar abasto con tantos caballos, ¿el dinero como fin?
¿Que un jinete se cae? Pues como sólo hay una ambulancia y perdemos tiempo, en la siguiente prueba, de 100 caballos, el jefe de pista pone un recorrido de sólo 9 saltos. ¿Qué le contestas a un alumno que te pregunta por qué el recorrido es idéntico al del día anterior y que si no es también raro que sólo haya 9 saltos?
Y claro, luego están las alturas / exigencias técnicas. Resulta que en la competición nacional de nivel más básico (2 estrellas) los niveles cada vez son más bajos, muy por debajo de lo marcado en los avances de programa. Y obviamente los mejores binomios no salen a multitudinarios desempates de los Grandes Premios, desvirtuando aún más si cabe estos concursos.
Sin embargo, paradójicamente, con esta dinámica de concursos hay más entrenadores susceptibles de ganarse la vida con ello.
Si los niveles fueran acordes a los estándares de otros países europeos, muchos jinetes no darían el nivel para asistir a dicha competición nacional, y consecuentemente no habría «trabajo» para bastantes entrenadores que día de hoy sí que lo tienen a pesar de su mediocridad.
¿Cómo era aquella metáfora del huevo y la gallina? ¿Qué viene antes un mal jinete o un mal entrenador?
Las distintas certificaciones (técnico deportivo, galopes) son una muy pequeña parte de la ecuación, y sin no van acompañadas de competencia, profesionalismo y horsemanship no me valen para nada.
Y me voy al internacional del CES de esta semana y lo que no tiene precio es poder ver durante varios días seguidos, en vivo y de cerca, a Pedro Veniss, Edu Álvarez, Cian O’Connor, Jane Friederike Meyer, Richard Howley o Kevin González de Zárate.
Mi punto es que los nacionales de menor nivel no deberían ser necesariamente malos, al igual que los internacionales no tienen por qué ser necesariamente buenos.
Es una cuestión de entorno y competencia. Y aquí es donde echo de menos a todos los que pedían votos hace unas semanas. No creo que sea difícil tener un feedback de cómo está la competición nacional de base. Al igual que tiene mérito los buenos internacionales que hay en España, no está de mal un poco de autocrítica con la competición nacional.
Pedro Mateos